Daniel me explicó mediante un comparativo que las etapas de las empresas y las etapas de la vida mantienen algo en común. Cuando desempeñas el papel de padre de familia te vuelves responsable de tus hijos desde su nacimiento. Primero te haces cargo de un bebé que después pasa a ser un niño, luego un adolescente y finalmente un adulto. Estarás de acuerdo conmigo que cada etapa es distinta y tu rol como padre se va modificando. El desempeño no es igual, no das a tus hijos ni la misma atención, ni la misma comida, ni la misma responsabilidad. Lo mismo pasa en las etapas de tu empresa.
Alguien tiene que ceder
Por ejemplo, tras un par de tropiezos y aciertos, tu empresa inicia una etapa de crecimiento muy sólido gracias a la primera oportunidad derivada de un cliente o bien del empujón de algún familiar o amigo. Con el paso del tiempo, la empresa llega a un punto donde existe más gente empleada, trabajas como loco y tus márgenes son mejores que nunca. Sin embargo, no logras crecer más y no entiendes por qué.
La razón es sencilla: Operar como lo hacías antes ya no es posible. Ahora ya no puedes (ni debes) llevar tu mismo la contabilidad en excel hasta altas horas de la noche. Debes pensar en la contratación de un contador al cual debes seleccionar, capacitar y remunerar. Si bien es cierto, este proceso implica una aparente pérdida de eficiencia productiva; lo que hacías en 15 minutos, ahora debes dedicarle mucho más tiempo y recurso. Es posible que puedas desesperarte y terminar haciendo las cosas tu mismo otra vez.
Ahora bien, si realizamos un comparativo con las etapas del ser humano te darás cuenta de que en la primera etapa del bebé tú mismo alimentas. Le das la comida directamente en la boca y a pesar de que a veces se ensucia, recoges y lo vuelves a alimentar. La vida es más simple, en 15 minutos tu bebe se alimentó y la cocina quedo limpia. No obstante, llega el día donde el bebé ahora niño te pide la cuchara para él mismo alimentarse. Tu vida se vuelve un caos, el niño ensucia todo, consume tres veces más comida y se tarda cuatro veces más. La pregunta es ¿Acaso seguir alimentándolo es la respuesta correcta?
Llegando al siguiente nivel
Para permitir el desarrollo de tus hijos o de tu empresa, no te queda más que preparar cada etapa de la mejor manera posible para que la aparente perdida de eficiencia productiva sea temporal y te permita crecer al siguiente nivel. Vivirás lo mismo cuando desarrolles un equipo de venta en lugar de vender tú mismo, cuando incursiones en otros mercados, cuando cambies de sistema operativo, etc.
Cada etapa implica un nivel distinto de complejidad para tu organización. Es importante detenerte y analizar en qué etapa se encuentra tu empresa, qué es lo que necesita y cómo la beneficias más. Sino aceptas que las etapas son normales y que tendrás una pérdida de eficiencia productiva, probablemente nunca llegues al siguiente nivel.
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